sábado, 14 de mayo de 2011

Dia1


El trayecto ha durado casi 16 horas, 12 por tierra y casi 4 por el río Alto Madre de Dios. Gregorio y su hijo Ageo son los encargados de llevarnos a Shipetiari, comunidad ubicada en el distrito del Manu, Provincia de Manu, departamento de Madre de Dios. El rio esta algo bajo en la desembocadura de Shipetiari, por lo que las paradas para empujar el “peque peque” (que es una especie de canoa motorizada que surca ruidosamente los ríos de la selva) son cada vez más frecuentes.

Según cifras del censo de Centros Poblados de 1993 por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) Shipetiari tiene solo una persona con nivel de educación superior, las demás no han estudiado o se quedaron en primaria. Los techos de las casas son de dos aguas y de hojas de crisneja (palmera de la cual se aprovechan sus grandes hojas para tejer los techos), aunque la modernidad ya ha llegado a la comunidad, con la calamina y una radio que retransmite señal en onda corta con la cual se comunican con familiares y amigos. Hace un par de años una ONG trajo internet (que no funciona), el estado una antena parabólica para canales nacionales e internacionales (que tampoco funciona) y otra ONG unos paneles solares para alimentar las baterías de lo que supuestamente debería funcionar.

Con algo de desconfianza un comunero pregunta en la reunión que tenemos con los dirigentes de la comunidad ¿si las capacitaciones que daremos serán por largo o corto tiempo? ¿Si las computadoras que traigamos para las clases de computación e internet funcionaran más de lo que ha funcionado su ante parabólica? ¿Por cuánto tiempo es nuestro proyecto? Los demás comuneros susurran en machiguenga (lengua nativa en Shipetiari y otras comunidades de la selva peruana. Se calcula que alrededor de 12000 personas hablan esta lengua y se concentran en la cuenca del río Urubamba y del Manu) y mueven la cabeza como dando fe del tenaz dardo lanzado por Wilmer.

En el almuerzo comunal Mateo lee el acta de los acuerdo de la reunión, Gregorio nos mira atentamente, los niños comen haciendo bolitas con el arroz y las señoras que sirven se ríen cuando les pido un poco más de inguiri con gallina.

2 comentarios:

Edgar dijo...

Que lindo viaje profe, no dejes de seguir escribiendo, estan buenos tus apuntes. Un gran abrazo y éxitos!

Unknown dijo...

gracias maestrito! sos grande loco. Seguiré escribiendo de todas maneras.. gracias por el comentario profe!