martes, 24 de mayo de 2011

Dia2


El cuarto se lleno de oscuridad, dando paso a conversaciones nocturnas. Yo solo escucho, con cierta curiosidad de infante.

Alguien me dijo que en la selva no hay estrellas… ahora las veo, como si las pudiera tocar. Recuerdo a Ena ahora, y se me hace un pequeño nudo en la garganta. Doy un aliento de naufrago y camino en la oscuridad, todo es húmedo y de rato en rato se ven lucecitas que cruzan levitando, las hojas se pronuncian con un ligero soplido y los grillos que amanecen se hacen escuchar. Regreso al cuarto de madera, Ricardo ya en trance nocturno pronuncia su nombre y otras cosas propias de algún sueño casero, yo doy vueltas de letargo, mientras los sancudos dan vueltas de lucidez.

El pasto es de un verde intenso, las hojas secas aun tienen vida, expiran el rocío de esta mañana soleada. Camino descalzo sintiendo con cada paso la vida de un comunero. Gregorio ríe, yo también, justo antes de resbalar. Algunas caídas dejan más que huellas.

El desayuno son papayas que hemos recolectado de las plantas que están al costado del local comunal, las mismas que están al costado de la antena parabólica, que tiene por frutos “nada”.

Los comuneros tienen albergues que se construyeron hace tres años con fondos americanos. Según el libro de visitas, el año pasado recibieron 27 turistas, ahora, ninguno. Los cinco albergues están cayéndose a pedazos porque la pona (tipo de madera cortada muy fina) no ha recibo mantenimiento desde hace buen tiempo. René, presidente del comité del albergue no dice nada… su silencio desaparece luego de decir con cierta sinceridad que han perdido un poco las ganas de trabajar (hacer el manteniendo) pues las veces que les decían que ingresarían turistas estos nunca llegaban.
René tiene 21 años y para hablar siempre se soba lentamente la barbilla, como ordenando las ideas antes de disparar con aquellas cortas frases. El recorrido ha servido para serrar acuerdos con la comitiva y comprometemos a traer para junio una pequeña delegación de técnicos que trabajaran con nosotros temas forestales.

Dentro de dos días tendrán que mitayar (manera tradicional de caza, donde convocan a otros miembros de la comunidad para realizando una faena conjunta por varios días en el monte) pues se acerca el día de la madre. Nosotros mitayamos nuestra salida para la comunidad de Diamante, serán unas largas horas de viaje por río.

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(Extractos del Libro Rutas de Escape del viaje a Madre de Dios. ACTLL)

http://ayaxtorresll.blogspot.com/

sábado, 14 de mayo de 2011

Dia1


El trayecto ha durado casi 16 horas, 12 por tierra y casi 4 por el río Alto Madre de Dios. Gregorio y su hijo Ageo son los encargados de llevarnos a Shipetiari, comunidad ubicada en el distrito del Manu, Provincia de Manu, departamento de Madre de Dios. El rio esta algo bajo en la desembocadura de Shipetiari, por lo que las paradas para empujar el “peque peque” (que es una especie de canoa motorizada que surca ruidosamente los ríos de la selva) son cada vez más frecuentes.

Según cifras del censo de Centros Poblados de 1993 por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) Shipetiari tiene solo una persona con nivel de educación superior, las demás no han estudiado o se quedaron en primaria. Los techos de las casas son de dos aguas y de hojas de crisneja (palmera de la cual se aprovechan sus grandes hojas para tejer los techos), aunque la modernidad ya ha llegado a la comunidad, con la calamina y una radio que retransmite señal en onda corta con la cual se comunican con familiares y amigos. Hace un par de años una ONG trajo internet (que no funciona), el estado una antena parabólica para canales nacionales e internacionales (que tampoco funciona) y otra ONG unos paneles solares para alimentar las baterías de lo que supuestamente debería funcionar.

Con algo de desconfianza un comunero pregunta en la reunión que tenemos con los dirigentes de la comunidad ¿si las capacitaciones que daremos serán por largo o corto tiempo? ¿Si las computadoras que traigamos para las clases de computación e internet funcionaran más de lo que ha funcionado su ante parabólica? ¿Por cuánto tiempo es nuestro proyecto? Los demás comuneros susurran en machiguenga (lengua nativa en Shipetiari y otras comunidades de la selva peruana. Se calcula que alrededor de 12000 personas hablan esta lengua y se concentran en la cuenca del río Urubamba y del Manu) y mueven la cabeza como dando fe del tenaz dardo lanzado por Wilmer.

En el almuerzo comunal Mateo lee el acta de los acuerdo de la reunión, Gregorio nos mira atentamente, los niños comen haciendo bolitas con el arroz y las señoras que sirven se ríen cuando les pido un poco más de inguiri con gallina.