martes, 26 de julio de 2011

...Rutas

“Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre el mar”


… así empieza el verso del maestro Machado. Yo solo leo una y otra vez aquel inicio, tomando pequeños segundos para meditar y dar un fuerte respiro. Acompaño esto empuñando aquella maltrecha mochila, que tiene por objetivo llevar a la vida aquellas letras no muertas.

Es julio, el octavo día del mes. Lucho y Alex regresan de hacer su propio paso por los caminos olvidados del Apu Ausangate, llegando a una altura máxima de 5200msnm, en el paso Palomani.

Una idea nace en aquella cabeza saturada por aquel periplo de la rutina del día a día; el Nevado Salcantay y todo su camino de vida.

Hemos salido hoy; y nuestro andar nos ha llevado a Mollepata (ruta particionada para el afamado Camino Inca).


-


“Nunca perseguí la gloria,

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canción;

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles,

como pompas de jabón”


… continúa su verso del maestro. Es así la ruta también, presentando pompas de jabón en cada paso, así conocí a Julio, Cusqueño de 28 años, con tres hijas y una señora que se encargará en unas semanas del negocio que le ha llevado un par de meses sacar adelante con algunos ahorros. Julio nos llama “papa” y nos invita a pasar a su tienda-restaurante. En las mesas que adornan la tienda hay dibujos a lápiz de incas y un mapa que indica la ruta a seguir para bordear el Apu (la denominación “Apu” significa deidad. Nuestros antepasados Incaicos y actuales hermanos de cierra siguen considerando a las montañas deidades que proporcionan seguridad, grandeza, recursos y hasta fertilidad)


Julio nos ofrece piso para tendernos a descansar esta noche y café caliente para negrear las penas del alma. Sus niñas descansan en un mueble algo pequeño para su tamaño, él besa sus frentes y acaricia sus cabellos, para luego hacer un sitio donde sentarnos, prende el televisor y sintoniza el futbol (Perú vs. México). Su cordialidad no tiene fronteras, el nos pregunta si somos de Brasil o del vecino país cafetero, no sé por qué lo pregunta, pero solo atinamos a contestar con una negativa, yo rio en un silencio confuso… (pues esta no es la

primera vez que un hermanos peruano confunden mi proceder)


[…] - Un limeño y un iqueño repite Julio, moviendo la cabeza, luego de algunos minutos de conversa.

Hasta hace unos meses Julio dejo su trabajo de guía turístico para dedicarse a implementar su tienda. –Empecé como guía desde que tenía 13 años, es bacán conocer a gente de otros países, lo dice algo emocionado, como si recordara sus inicios en el tiempo.

Luego de conversar con café en mano, nos despedimos con un fuerte abrazo y un apretón de manos. Sus últimas palabras fueron: “Vuelvan cuando quieran, esta es su casa”


- -


Reflexiones de ruta1: Hace casi 500 años, un trío encabezado por Pizarro manejo a su antojo a hermanos peruanos. En la actualidad el turismo (encabezado en su mayoría por países del “primer mundo” manejan a su antojo a hermanos peruanos, arriando, cargando pesadas mochilas, cocinando en alturas, durmiendo en condiciones precarias) un ayudante de cocina gana en promedio 15 soles por día, un buen cocinero 40 soles.


-


Dicen que el camino siempre está señalado para cualquier ser humano, el nuestro estaba marcado de hermanos que a pesar de no unirnos la cercanía, nos une aquella sangre Peruana que corre por nuestras venas y alimenta nuestro accionar.


“Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar”


…el maestro lo define así. Yo solo trato de ver las cosas diferentes, todo viaje así como la vida misma es diferente para cada momento, dejando huellas en el alma.

Erasmo Huaman, natural de Quillabamba, 48 años, casado, con dos hijos de 6 y 8 años, los dos han dejado la escuela y viven del campo, la cría de animales y aquella tienda al paso que han abierto para vender algo a los “turistas”. Tomamos una cerveza con Erasmo, conversamos del futbol de ayer, de política, solo atina a decir que Alan García está gordo y que para él todo sigue igual. Para nosotros que nuevamente nos confundieron de nacionalidad, esta vez de argentinos, nos causa risa y algo dentro que te hace pensar las cosas dos veces (Reflexiones de ruta2)

Erasmo nos cobra por la cerveza 12 soles, dice que la próxima vez que queramos comprar algo, digamos primero que somos peruanos…


-


“Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar...”


Juana Basilia Álvarez (50), vive sola, su casa también es una bodega, algunos guías y turistas pasan por ahí para comprar algo. En la habitación continua a la tienda, algunos cuyes y gallinas que cría se asoman curiosos. Susy, negro y colita la acompañan ladrando y moviendo la cola, como pidiendo su atención, que para esta ocasión, se la da a dos desconocidos caminantes. Juana comenta que ha ido a Machupicchu una vez y que le parece algo bonito pero “extraño”.

Hace 20 años murió su papá. Ella tiene seis hijos, con su suave voz dice que cada dos semanas vienen a visitarla por unas horas. El mote y el café que nos ofrece ha reanimado nuestros ánimos, nos da unas granadillas para el camino y nos despedimos con un fuerte abrazo y unas bendiciones que dice rápidamente.


-


Hace algún tiempo en ese lugar

donde hoy los bosques se visten de espinos

se oyó la voz de un poeta gritar

"Caminante no hay camino,

se hace camino al andar..."


Golpe a golpe, verso a verso...

El camino se torno selva, atrás quedo el frio nevado, dando paso a revivir el ánimo por el camino y la incertidumbre de la nada. Así conocimos a Juan, agricultor de café, de unos 58 años aproximadamente, fue nuestro tercer miembro de caminata. Nos enseño algo de quechua para no quedar mal con nuestros compatriotas, ahora recuerdo las palabras de Miguel, un joven ayudante de cocina que conocí también en la ruta, al igual que nuestros demás compatriotas pensaba que éramos un par de foráneos españoles. Sorpresa fue suya cuando le dijimos que somos más peruanos que el ceviche o el pisco, me hablo en quechua y al no encontrar respuesta alguna, parafraseo tenazmente: - “Peruano que no sabe quechua, no es peruano”.

-

Murió el poeta lejos del hogar.

Le cubre el polvo de un país vecino.

Al alejarse le vieron llorar.

"Caminante no hay camino,

se hace camino al andar..."


Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.

Cuando el poeta es un peregrino,

cuando de nada nos sirve rezar.

"Caminante no hay camino,


se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso…